Thursday, 27 December 2012

Fate/ Scars From The Past- Chapter 19



Golden Dawn - Rising Nightfall 19

Londres estación St. Paul 

Un hombre sangraba. Frente a él un niño de larga y alborotada cabellera sostenía una navaja.

“Me impresionas mocoso... no esperaba tal agilidad”

Él no paraba de sonreír. No parecía sentir dolor. Los ojos del niño mostraban un odio, odio al mundo.

“Tienes agallas para ponerte a pelear por nada mocoso”

Una vez más se lanzó al ataque con una navaja.

“Pero no me impresionas.”

Un destello iluminó el lugar justo antes de qué el infante alcanzara su objetivo. En sus manos sólo quedaba el mango de su arma. Inmediatamente después fue derribado de un fuerte puñetazo.

“Porque, verás, mocoso...”

El pequeño alzó la mirada. El guante derecho del sujeto con el que lo golpeó se había vuelto de metal.

“...nadie tiene más agallas qué yo!”

La sonrisa que denotaba una alegría infinita no abandonaba el rostro de aquel sujeto, al menos no hasta ese momento. Lentamente el niño se puso de pie y esta vez trató de atacar usando el mango de madera. por segunda ocasión fue derribado sólo para ponerse de pie por tercera vez e intentar un asalto con sus propios puños. El resultado fue el mismo

“Descansa mocoso...”

Ignorando el consejo el niño se puso de pie. Su rostro sangraba por causa de los fuertes golpes recibidos y su cuerpo temblaba por la presión de mantenerse parado.

“Roaaaah!”

Una fuerte ráfaga de viento golpeó al hombre. En menos de un segundo su oponente se había colocado a tan sólo centímetros de él, listo para asestar su golpe. Fue sólo por ese pequeño momento que él dejó de sonreír, y en cuanto lo hizo de nuevo golpeó una vez más al niño, dejándolo inconsciente.

“bien debo admitir que eso si fue impresionante, no habia conocido un niño que tuviera esa fuerza”

El tipo levantó al infante sobre sus hombres y lo llevó con él.

TORRE DEL RELOJ 

Aquél hombre caminaba por un largo pasillo iluminado por antorchas. Al final se encontraba una gran puerta en la cual yacía grabada la Rosacruz del Alba Dorada. Una vez que el sujeto la cruza, ésta desaparece. La habitación a la que había entrado carecía totalmente de muros. Por doquiera que uno mirase se veía un cielo nocturno estrellado.

“Magus de Norwich. A que se debe su atrevimiento. Sabe perfectamente que no le está permitido acceder a esta cámara sin ser previamente convocado.”

Las palabras parecían venir de varias voces, que hablaban al unísono, provenientes de todas direcciones.

“Relájense jefes, una visita inesperada de vez en cuando no debería hacerles daño. Además, saben perfectamente porque estoy aqui.”

“Su petición ya fue aprobada, el niño ya pertenece a la orden, no tiene nada más que hacer aquí”

“Perfecto! Pero hay algo más. Me gustaría instruir al enano personalmente.”

“Eso es bastante extraño viniendo de usted. Le molestaría enterarnos  del porqué de su petición?”

El mago encendió un cigarrillo y dio una bocanada.

“Es sólo que odiaría ver tanto potencial ser desperdiciado por los ancianos de la primera y la segunda orden. No creo que haya alguien más indicado para encargarse del enano que el mago más poderoso de la orden!”

Durante varios segundos el lugar permaneció en un silencio sepulcral, aunque la actitud optimista del hombre permanecía intacta.

“Correcto, confiaremos en el juicio del hombre que ha tardado menos tiempo en alcanzar la membresía de la tercer orden.”

El hombre expulsó el humo con una ligera carcajada.

“Era de esperarse.”

“No se confie demasiado, recuerde que seguimos siendo los que mandan aquí. Usted nos debe respeto. No vuelva a aparecerse frente nosotros sin que su presencia sea requerida.”

La puerta apareció de nuevo.

En una habitación de piedra el chico permanecía mirando hacia fuera por una ventana, la cual daba hacia el patio central del lugar. En ella se veía gente usando batas pasar de un lado a otro. Algunos cargaban libros y caminaban con prisa, otros parecían disfrutar de un paseo. Todos lucían alegres. El niño observaba con desdén.

“Hey! Arriba el ánimo mocoso!”

EL hombre había entrado al cuarto sin que el niño se diera cuenta. Llevaba con él una bolsa de papel, una botella de whiskey y un vaso.

“Anciano, ¿Por qué me trajiste aquí?.”

Un lúgubre tono acompañaba las palabras del niño.

“Te traje algo de comer!”

Ignorando la pregunta el sujeto lanzó la bolsa de papel hacia él. Este último la atrapó y al abrirla encontró dentro una hamburguesa y patatas fritas.

“Directamente de América. Las de aquí no saben tan bien.”

Se sentó en el piso y se recargó en una pared. Se sirvió su bebida.

“¿Por qué haces esto?”

“Tú sabes, niño en crecimiento, tres comidas al día, blah blah blah.”

“No necesito tu lástima.”

“Quién dijo algo sobre lástima? Relájate mocoso”

“No me llames mocoso!”

“Te diré asi hasta que me digas tu nombre”

“Yo no tengo un nombre”

Una ráfaga de viento golpeó al hombre, éste no hizo más que proteger su bebida. Acto seguido dio un trago a la misma.

“¿Siempre eres tan impulsivo mocoso?”

El niño miraba con cierto recelo al hombre. El mago encendió un cigarrillo.

“Tú... no sabes nada sobre mí.”

Algo más empapaba las palabras del niño esta vez. Dolor.
.
“¿Parezco interesado en tu pasado? Claro que no! Tal vez fue algo hermoso que terminó trágicamente, o quizá fue un asco desde un principio, en realidad no me importa”

Un trago más de whiskey parecía necesario para que el hombre continuara su charla.

“Y puedo ver en tus ojos que a tí tampoco.”

El pequeño desvió la mirada por un instante. Apretó los puños. Devolvió la vista.

“Probablemente estás solo en este mundo. Día tras día luchas por conseguir algo para comer, por encontrar un buen lugar para dormir.”

Una ligera pausa para exhalar el humo del cigarrillo.

“Mas aún cuando todo esta en tu contra, continúas peleando por sobrevivir. No te rindes. Tú nunca te rendirás.”

El mago tenía razón. Su corazón era constantemente devorado por oscuras emociones. Pero en su mente sólo había un deseo.

“Qué es lo que quieres, niño.”

Él no tuvo que pensarlo antes de responder.

“Riquezas”

Un gesto pretencioso cubrió la cara del hombre. Lanzó su vaso con fuerza hacia la pared, haciéndolo añicos. Entre carcajadas se puso de pie.

“Entonces morirás. Si esa es tu motivación jamás lograrás nada en la vida mocoso, esa manera de pensar es muy pobre, debes dejar tu rencor y la codicia, el odio que sientes... lo mejor de la vida es la libertad...”

Ahí estaba, frente a sus ojos, un hombre que se burlaba de sus aspiraciones, y queria llevarlo por un sendero desconocido y sin embargo, por primera vez, sintió admiración.

TORRE DEL RELOJ

En la extraña cámara en la que el mago habia estado había estado antes, las voces conversaban entre sí.

“El hombre carece totalmente de disciplina.”

“Es cierto. Sin embargo no debemos olvidar que han pasado décadas desde que alguien ha estado tan cerca de alcanzar el rango de Ipsissimus como él.”

“Además sólo restan nueve años para el comienzo la Guerra Santa. Todo apunta a que será el candidato seleccionado por el Grial. Créanme, él peleará...”

"De nada servirá que sea el seleccionado por el Santo Grial, si el hombre no muestra subordinación"

"Tenemos que hacer algo..."

6 AÑOS DESPUES

Relámpagos y ráfagas de viento sacudían Isis-Urania. Varios miembros de la orden observaban la pelea que tenía lugar en el patio principal.

En el transcurso de ese tiempo el niño habia intentado escapar mas de 3 veces sin exito alguno

“Se un hombre, mocoso deja de bloquear y ataca!”

El mago, equipado con grebas de acero de aspecto inusual, parecía dominar la batalla. El pequeño se defendía con escudos de hierro en ambos brazos. El estruendo del choque de metales retumbaba en las paredes del templo. 

El niño transmutó los escudos en guantes con la apariencia de garras y atacó con ellos a su oponente. Las grebas del viejo se deshicieron y se transmutaron en metal líquido, mismo que formó una esfera que inmediatamente se solidifico en forma de un escudo que recibió el impacto del ataque del joven.

“Mira quien se defiende ahora, anciano!”

En instante ambos transformaron sus respectivas armas en grandes espadas que se extendían de sus brazos. A pesar de su tamaño blandirlas no parecía representar problema alguno para ellos. Luego de varios ataques ninguno daba señales de ceder.

“INFUSE ELEMENT...”

El metal líquido volvía a concentrarse en una esfera mientras el mago miraba con sorpresa a su oponente. El viento enardeció, concentrándose alrededor del arma del infante.

“TEMPESTAL SLASH!”

Blandiendo su espada, liberó  su hechizo. Una especie de corriente de aire luminosa se disparó en contra del "viejo".

“Sorprendente...”

El ataque alcanzó a su objetivo, el impacto causó una explosión dentro de las paredes del patio. El niño estaba claramente agotado luego de realizar ese último hechizo.

Detrás de él, el mago salió de debajo de la tierra. En su brazo parecía estar equipado un enorme taladro, el cual, luego de pasar a su estado líquido, formó un gran guantelete de metal.

“Fuck...”

Un fuerte puñetazo en la cara bastó para dejar al joven fuera de combate. 

Habiendo derribado a su contrincante, El vencedor se desplomó hacia el suelo.

“Hahaha! Sorprendente, mocoso!”

El cansancio no impedía que el viejo retomara su actitud optimista.

“A pesar de no tener afinidad con el elemento Tierra, dominas la transmutación del metal al nivel de un Adeptus Exemptus, sobre todo en cuanto a velocidad! Además has dominado tu elemento afín al punto de poder pasarlo mágicamente en objetos!”

El joven abrió los ojos, luego su boca dejó escapar una ligera sonrisa. Ambos se pusieron de pie con cierta dificultad. EL viejo sacó de su bolsillo una cajetilla de cigarros. Tomó uno y luego la lanzó hacia el joven, quien tomó otro y lo prendió después de atrapar el encendedor

“Igual es una lástima que no sirva de nada si no logras derrotarme.”

Al notar que la batalla había concluido, los miembros de la orden regresaron a sus actividades.

“Estoy cerca, y te consta, Idiota. Me queda poco tiempo aquí.”

Dieron una bocanada de humo. En el lomo de su mano derecha se podía apreciar lo que parecía ser un tatuaje rojo con la forma de una luna con una lanza atravesada.

“¿Cuánto falta para que dé comienzo la guerra por el grial?”

“Unos tres o cuatro años”

"Genial, debes sentirte nervioso"

"No es algo realmente importante"

“¿De qué estás hablando, anciano?”

Ambos exhalaron y dieron una bocanada más.

“Mi punto es que no tengo de qué preocuparme. Cuando llegue el momento patearé el trasero de seis patéticos magos que se arrepentirán de siquiera haber pensado en que podrían derrotarme. Aunque quizá al final todos seamos amigos... si es que siguen con vida claro”

El joven se veía confundido pero ansioso

“Me pregunto que clase de deseo podría tener alguien como tú.”

El joven lanzó el encendedor pero se lo regresaron inmediatamente 

"Conservalo mocoso, es tu regalo por "casi" derrotarme"

Ambos sonrieron y dieron una bocanada mas, algo molestaba al alumno

"¿Que te pasa mocoso?"

"No me puedo permitir ser el segundo... tengo que derrotarte" 

Su maestro sonrió con satisfacción

"¿Y las riquezas?"

"Ya no importan, tengo ya todo lo que necesito..."

En ese momento un fuerte estruendo retumbó en el aire.

El cielo enrojeció de repente. El viento enfureció. Los residentes del templo se hincaron con cierto miedo.

De la nada aparecieron tres entidades cubiertas con capas negras. Dentro de sus capuchas sólo podía verse un vacío infinito.

“Hey!, pero si son los jefes! Qué los trae por aquí?”

Incluso el joven podía sentir la presión que emanaba la presencia de aquellos seres.

“Sabe perfectamente por qué estamos aquí! Se le ha ordenado acudir a nuestra cámara para comenzar los preparativos para la Guerra por el Grial y no haz respondido!”

Las tres entidades parecían hablar al mismo tiempo en perfecta sincronía. Sus voces estaban cargadas de furia.

"Relajense, esta guerra esta ganada, patearé los traseros de los que se pongan en mi camino"

Las voces retumbaron de nuevo

"Tienes que obedecer nuestras ordenes, sin nosotros jamás pelearás en esta guerra, esta es la ultima oportunidad"

Las voces desaparecieron nuevamente 

UNAS HORAS DESPUES

El joven llegó al bar donde se encontraba su maestro, al entrar, lo encontró junto al piano cantando una canción con los presentes en el bar, todos se veían alegres con sus tarros arriba

El joven interrumpió la alegre canción

"Hey no ves que estamos celebrando, aunque realmente creo que no tenemos nada que celebrar pero... mah vamos toma una cerveza"

El joven ignoró a su maestro y se acercó a la mesa

"Solo vengo a desafiarte a una batalla, borraré ese "casi" de tu boca y me convertiré en el mejor mago de la orden"

A pesar de la amenaza el joven sonreia casi de la misma manera que su maestro

"De acuerdo que te parece si nos encontramos en el lugar donde nos conocimos ahi pelearemos, pero primero debo ir con los jefes"

"Perfecto, te estaré esperando..."


Londres estación St. Paul 

EL aprendiz veía a lo lejos la figura de un hombre tambalenadose con una gabardina cubierta en sangre y sin un brazo. 

"Mocoso ya estoy aqui para pelear contigo..."

El mago de Norwich se desvanecé y cae al suelo

"¿Qué diablos te pasó? se suponía que ibas con los ancianos, ¿Ellos te hicieron esto?"

"Son unos envidiosos"

EL mago rió un poco

"Intentaron arrebatarme los sellos de comando del brazo..."

"Pero ¿Por que?"

"No soportan que exista alguien mejor que ellos... mira mocoso lo que se avecina es grande... y mas vale estar preparado... yo siempre lo estuve, ahora te toca a ti estarlo"

El joven se sorprendió y se confundió con las palabras de su maestro

"Cállate anciano, tu pelearás en la guerra por el Grial... no yo"

"Maté a los jefes, a casi todos... sigo siendo el mejor, yo Edward Nightfall como el mas grande mago de la orden te graduó con honores... mocoso"

Le entregó a su aprendiz una pieza de metal 

"Conservala mocoso, y haz el mundo vibrar... fuiste lo mas cercano que tuve a un amigo... lo cual creo que es patetico pero algo agradable" 

Nighfall cayó con los ojos abiertos, las heridas en su cuerpo eran demasiado severas. Su aprendiz enardeció de íra al tener a su maestro muerto en los brazos. De pronto un resplandor rojo lo iluminó.

TIEMPO DESPUES

Aquel joven se encontraba parado frente de una tumba en el cementerio, sostenia en sus manos el viejo encendedor, encendió un cigarro y colocó una licorera en la lapida

"Bueno viejo, llegó la hora... por fin comenzará y obtendré lo que siempre he querido... convertirme en el mejor derrotando a los mejores... obtendré lo que he soñado desde hace mucho tiempo...Libertad"

Bebió un poco de Whisky y dio media vuelta

"Gracias a ti supe lo que era una familia... y el rencor se ha ido, solo queda la grandeza y seré mas grande que tú te lo garantizo"

El joven sonrió y empezó su andar

En mitad de la noche, a unos pasos de la estación de St. Paul, cinco sujetos misteriosos salieron de entre las sombras y lo rodearon.

“Hemos venido por el disidente de la Orden Hermética del Alba Dorada.”

El familiar gesto de alegría hizo su aparición. El viento aulló enardecido.

“Qué dicen? Que vienen a interponerse en mi camino? Es una lástima...”

Los cinco hombres se lanzaron al ataque. Una serie de relámpagos iluminaron la escena.

“Escuchen esto antes de morir, perdedores! nunca debieron cruzar su camino con el gran Edward Nightfall! los enviaré al infierno”

Edward golpeó el suelo con su puño. De éste salieron enormes navajas que atravesaron el cuerpo de sus atacantes. Perdieron la vida en instantes.

Edward ignoró el desastre que había causado y continuó su camino. En el lomo de su mano derecha se encontraba marcado el tatuaje rojo de la Luna atravesada por la lanza.


PROXIMAMENTE

"Fuego y viento la pelea por la cruz 20"

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