Monday, 3 December 2012

Our Quest - Capítulo 5


Capítulo 5 - Sin Una Razón .


"Oye, Yume..."

Otra duda la ataca.

"¿Qué me preguntarás ahora, niña?"

No fue difícil para él de adivinar sus intenciones.

"Jeje, lo siento. Es sólo que no puedo dejar de pensar en...”

La chica fue rápidamente interrumpida.

“¡Vamos, somos hermanos de prisión! ¡Escúpelo!"

En un inicio se asustó, luego rió.

"¡Está bien, está bien! Bueno... verás... um... ¿Por qué me estás ayudando?"

El demonio no necesitó pensar dos veces su respuesta.

"No hay razón."

La joven  pensó que se estaba burlando de ella.

"... En serio."

Pero él estaba siendo totalmente honesto al respecto.

"Sí"

Aún así, la chica estaba todo menos convencida.

"¡Eso no tiene ningún sentido!"

Sin embargo, al hombre no parecía importarle.

"Estoy al tanto de ello."

---

"¿Algo le molesta, señorita?"

Yuki se exalta. Como pueden ver esto sucede muy a menudo.

"N-no, es que..."

Rápidamente se da cuenta de lo que una vez más hizo y pide perdón, pero a Gladio lo tiene sin cuidado.

"Es mi deber como caballero ayudar a aquél que lo necesite, sin importar lo pequeño sea el problema."

¡Qué tipo tan agradable!

"Sólo me estaba preguntando..."

La ansiedad de la joven aparece en sus ojos mientras continúa mirando la fotografía de Yume.

"¿Cómo es que alguien etiquetado como un héroe tiene una recompensa sobre su cabeza?"

La sonrisa de gentileza se desvanece a seriedad en el rostro de Gladio.

"Bueno, es de conocimiento común en todo el reino de Algalord, pero los caballeros han hecho todo lo posible para impedir que forasteros conozcan la historia."

Así que, cuando dice "todo"...

"Sin embargo, tengo la intención de cumplir con mi deber antes mencionado."

Nuestra heroína expresa su gratitud con una encantadora mirada en sus ojos. Ella escucha en silencio mientras Gladio rompe una orden emitida por los Caballeros para despejar sus dudas.

"Sucedió hace un año en esta misma ciudad. Los Caballeros realizaban una ejecución privada tras los muros de la Academia. Un demonio había asesinado a toda una familia de nobles de Algalord, pero afortunadamente fue capturado justo después, impidiendo otra masacre. Un total de ciento cincuenta reclutas estaban presentes en ese momento, siendo el de mayor rango un joven teniente. Nada podía salir mal... o eso era lo que creían. Justo antes de que el verdugo pudiese cortar la cabeza del culpable, un hombre cayó del cielo... y tomó la suya. Armado con dos espadas de un solo filo, el asesino corrió hacia los testigos. En cuestión de segundos, uno por uno, cien caballeros fueron asesinados salvajemente. Entre otros, al teniente se le había perdonado la vida, él fue quien ayudó en la realización del cartel de “se busca”. Dijo que nunca podría olvidar su mirada maligna y pretenciosa sonrisa. También, según él, las únicas palabras que el criminal gritó fueron: Yo soy el Héroe demonio."

La historia envía escalofríos por su espina dorsal.

"Así que, como puedes ver, no es que ellos piensen en él como un héroe, pero es el único nombre que obtuvieron."

Yuki no sabe qué pensar, cómo actuar, qué decir. La chica murmura las primeras palabras que le vienen a la mente.

"Esa historia... es triste..."

"Lo es en muchos sentidos."

La respuesta no vino de la boca del Gladio. Un hombre camina lentamente hacia Yuki, llevando un casco bajo el brazo. La capa que lleva flota con elegancia. Tan pronto como la joven reconoce su armadura olvida todo lo que la tenía preocupada y sólo la angustia de haber ofendido a los Caballeros que tanto admira envuelve su mente.

"¡L-le ruego me perdone! Hablé sin cuidado."

Inclina la cabeza ante el Caballero. Él la mira por sobre el hombro. Él y Gladio intercambian miradas. Aunque no es tan alto como el último, su presencia es abrumadora.

"No hay necesidad de disculparse, mujer. Sinceramente, estoy de acuerdo con tus palabras."

Incluso con su seria actitud de todopoderoso, el signo de aprobación provoca una sonrisa en la chica.  El hombre se para frente a los carteles de Se busca.

"Pensar que tantos reclutas fueron privados de su existencia por un inmundo demonio es absolutamente patético."

Sus palabras aplastan los pensamientos iniciales de Yuki. Gladio cierra los ojos y se queda en silencio. Es como si él no quisiera involucrarse en la discusión. O tal vez simplemente no puede estar en desacuerdo con lo que el Caballero está diciendo.

"Estas imágenes están aquí como un recordatorio del fracaso de los que murieron ese día y deshonraron el buen nombre de mi amada Aurora Aurea."

A nuestra heroína le cuesta ocultar su rabia. Ella ha idolatrado a los Caballeros Reales de Algalord durante años. Y ahora tiene que escuchar cómo sus soldados caídos son humillados por un Caballero mismo. Al menos trata de decir algo.

"P-Pero ellos murieron en el cumplimiento de sus obligaciones y..."

"Y fracasaron."

No pudo decir más. Está a punto de desenvainar su espada.

"Es suficiente, Capitán Vindice. No toleraré cualquier otro insulto hacia esos hombres."

Gladio finalmente da un paso al frente.

"Señor Magna..."

Al Caballero no parece preocuparse por él.

"Oh, lo siento. ¿Usted cree que me equivoco?”

Sus miradas se cruzan una vez más. Mientras los ojos del Caballero demuestran indiferencia, la mirada de Gladio expresa una combinación de ira y comprensión.

"Alguna vez fueron sus compañeros. Sin importar las circunstancias en que murieron, se espera de usted respeto hacia su memoria".

El ambiente se pone bastante denso. El nerviosismo de Yuki está fuera de la tabla.

"No quiero ser reprendido por el hombre que tiene la culpa de esta conversación. ¿O debo recordarle la ley que acaba de romper?"

Con un rápido movimiento de su brazo Gladio hace su capa a un lado, revelando la brillante armadura dorada que lleva debajo.

"General Magna".

La joven queda sorprendida por la revelación.

"Es cierto que he desobedecido la ley. Pero no se preocupe, puesto que aceptaré cualquier castigo que el Comandante decida asignar a mi persona en base a las consecuencias de mis acciones."

El Capitán frunce el ceño, luego se vuelve hacia Yuki.

"Estoy seguro de que eres conscientes del hecho de que esta información debe de permanecer dentro de las fronteras de Algalord, ¿verdad?"

Yuki cuida su tono al responder la pregunta.

"No voy a traicionar la confianza del señor Magna".

Después de eso, Vindice se aleja hacia el interior de los muros de Aurea Aurora sin perder su actitud de todopoderoso.

"Le ofrezco una disculpa por el comportamiento del capitán, joven doncella".

"¿Qué clase de hombre es él? ¿Cómo es posible que alguien como él sea miembro de los Caballeros Reales?"

De repente recuerda que ya no está hablando con un hombre ordinario. La chica se disculpa por adoptar una postura tan amistosa, pero el general no le molesta.

"Escuche, milady. Incluso si lo que dice parece ser mal intencionado, el Capitán tiene fuertes razones para creer que su propio discurso. Y amigablemente le recomiendo que espere hasta saber sobre esos motivos antes de juzgarle".

Nuestra heroína acaba de ser regañada por un Caballero de alto rango. Aunque se siente mal por ello, también lo ve como un honor.

"Ahora es momento yo también vaya a la academia. No olvide que no debe hablar sobre lo que ha aprendido aquí con ningún forastero ni fuera de Algalord ".

"No lo haré, General Magna. Gracias por darme el privilegio de conocerlo y por considerarme digna de su confianza. "

Yuki se inclina ante él, y luego avanza hacia a la entrada del lado de Algalord. Y justo cuando Gladio está a punto de retirarse...

"¡Casi se me olvida! ¡Mi nombre es Yuki! ¡Hija de la familia Mornen de Loregard! "

Yuki reanuda su camino. Gladio permanece sorprendido.

"...Mornen ".

Una vez que se encuentra lo suficientemente lejos de las paredes Orin, la chica se da la vuelta y suspira.

"¿Por qué tardaste tanto?"

La repentina llegada del demonio hacer gritar a la muchacha y se cae de sorpresa.

"¡Por favor, no hagas eso!"

Ella agita sus brazos de manera cómica.

"Jaja~! ¡Deberías haber visto la expresión en tu rostro, niña! "

Yume sigue riendo, Yuki no trata de levantarse. Su mente es golpeada con la historia que escuchó sobre el héroe demonio. No le resulta nada sencillo encarar al tipo de pie a su lado. Pues la sensación de no poder evitar que otros mueran no le resulta ajena.

"¿Nos vamos?"

Luego mira hacia arriba. El hombre en el cartel de Se busca le sonríe de una manera pretenciosamente gentil al tiempo que le ofrece su mano para ayudarla a ponerse de pie. El mismo hombre que le ofreció la mano para ayudarla a alcanzar su meta.

"Seguro".

La intranquilidad permanece en su corazón. Ya llegará el día en que tendrá la fuerza para enfrentarlo por sus acciones, pero no será hoy.

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